2. Reporte: 28 llamadas perdidas, y mensajes crípticos.
Era la quinta vez en la semana que me
enviaban a patrullar los establos. Como si algo muy interesante pudiera pasarle
a los pegasos dentro de los límites del palacio. Trueno relinchó cuando
pasé cerca de él por tercera vez.
—Somos dos —le contesté—. Este debe ser el
día más aburrido de mi vida, ni si quiera he tenido un mensaje de —.
Como si algún Dios benevolente y amable me
hubiera oído, James apareció corriendo por la puerta este de los establos. No
tenía puesto el uniforme, tenía su cabello castaño empapado en sudor, y estaba
rojo hasta las orejas.
—Aquí estás —soltó agotado. Corrió hasta a
mí y se apoyó en la puerta de Trueno, sorprendiéndolo tanto como a mí.
—Hey, ¿qué te pasa? ¿por qué me buscas así?
—Dónde… Dónde tienes… —apenas podía
respirar, debía llevar un muy buen rato buscándome para estar así. Me abrí uno
de los bolsillos del pantalón y le pasé mi cantimplora pequeña, que se bebió
casi de un trago—. Alarik, ¿se puede saber dónde tienes tu omnikap[1]?
Tenemos un problema.
—¿Qué? Pero si lo tengo justo —me abrí el
bolsillo del brazo, y en cambio tenía un sobre con algo adentro y un peso que
simulaba el de mi kap.
El sobre era rojo y estaba sellado con un
timbre blanco, así que inmediatamente supe de quién era.
—¿Helena? —soltó James tan sorprendido como
yo. Abrí el sobre con cuidado, adentro había una carta breve y una nota. La
nota decía simplemente «Está en la oficina del capitán general» y tenía algunos
dibujos garabateados en las orillas, como un corazón y una carita burlesca.
Solté una maldición y empecé a correr. James
me siguió de cerca, sin perder el ritmo ni por un instante. Subimos hasta el
tercer piso de la tercera torre norte y el escáner detectó mi biometría y me
dejó pasar. Encima del escritorio empolvado de mi padre estaba mi kap, y otro
sobre, más grande y grueso que el de mi chaqueta.
Me lo guardé en uno de los bolsillos
traseros de mi pantalón, y abrí mi kap. Tres llamadas perdidas de la reina,
seis del rey, diez de James, y el resto eran de los niños. Todo en menos de
media hora.
—¿Qué está pasando? —le solté a James.
—Esto es lo que tengo que explicarte.
Tenemos un problema. Se abrió un portal, en la provincia de Krypto, mira
—estiró su brazo frente a mí y de su kap de avanzada se extendió un mapa
holográfico de la región. Un punto azul parpadeaba a aproximadamente cinco
kilómetros al oeste de Ka’ahl.
—¿Por qué es azul? —pregunté con la lejana
esperanza de que me dijera que era un error.
—Algo cruzó. Algo con sangre de aquí, sangre
de Vrao. Y la —.
—¿Desde Tierra–3? Pero… Pero puede ser
cualquier cosa.
—Bueno, la reina no cree eso. Quiere que
vayas a investigar.
Solté un suspiro cansado.
Sostuve mi kap frente a mí y expandí la
pantalla fuera de sí para revisar las rondas de patrullaje y los informes
recientes. Las letras en verde brillante flotaban frente a mí, pero sólo un
nombre llamó mi atención.
—Tu primo está patrullando el área. Tal vez
deberías ir conmigo.
James no me contestó y siguió de largo a
revisar los informes.
15.7.6512.
23:52. U17: Posible avistamiento de rebeldes. Leer más.
15.7.6512.
27:36. P34: Actividad no-humana neutralizada. Leer más.
15.7.6512.
35:57. U17: Policía local imposible de localizar. Leer más.
16.7.6512.
01:38. U06: Unidad estacionada. Esperando instrucciones.
16.7.6512.
02:20. U06: Robo nocturno; ladrón prófugo. Leer más.
16.7.6512.
03:17. U06: Ladrón atrapado; no-humano. Leer más.
16.7.6512.
10:06. U17: [Act.] Policías posiblemente muertos. Leer más.
Le empujé la mano con la mía y cerré el
holograma. Esta vez, me puse mi kap sobre mi muñeca derecha y lo presioné tres
veces; una banda elástica salió del dispositivo, rodeó mi antebrazo y se
conectó del otro lado del kap. Pasé la mano por encima y me indicó la hora:
veintiséis con doce minutos.
—No puedo ir contigo —anunció James, lucía
pálido y triste. Le encantaba salir en misiones conmigo, no me imaginaba qué
podría retenerlo en el palacio.
—¿Estás bien?
Le tomé una mejilla y agaché la cabeza para
verlo a los ojos, pero esquivó mi mirada.
—Sí… pero tal vez tú no. Alarik, tenemos una
violación en el sistema. Alguien te ha estado asignando turnos extraños por más
de una semana. Así es como lograron sacarte el omnikap. Y por qué nadie podía
encontrarte. Hice una revisión general y creo que tú y los niños están en
peligro.
Sólo cuando parpadeé me di cuenta de que
había alzado ambas cejas. Y que estaba conteniendo el aire.
—¿Yo y los niños? ¿Todos los niños?
—Los mayores. Isis y Amón están
comprometidos totalmente, tenemos que reubicarlos con urgencia. A Dustin le han
secuestrado su agenda digital por completo, y ya sabes cómo es con las claves,
probablemente ya leyeron hasta su diario de vida.
—¿Por qué? ¿Por qué ahora?
James levantó la vista por fin y clavó sus
ojos grises en los míos. Apretó los labios e inclinó la cabeza. Eran pocas las
ocasiones en que me miraba con tanta preocupación.
—Creo que está conectado con nuestra visita
inesperada. Parece que la URL llevaba un tiempo planificando esto, para que no
pudiéramos apagar dos incendios al mismo tiempo. Y no podemos, no estos dos en
particular.
Inconscientemente, me llevé una mano al pelo
y me lo peiné hacia atrás varias veces. James agarró mi mano que todavía seguía
en su mejilla y me puso algo en la palma. Era mi medallón, el que me hizo mi
madre.
—Llévatelo. Yo voy a estar acá estacionado
por un tiempo, apagando un incendio informático que nadie más puede solucionar.
La reina pretende enviarte con los niños a algún lado, aún no sé dónde, pero no
creo que le tome mucho rato decidir. No sé cuándo te volveré a ver y necesito
que me prometas que te vas a cuidar.
Tragué saliva y asentí. Además de mi mamá,
en mi vida nadie se había preocupado de mí como lo hacía James.
Quince minutos más tarde, luego de un cambio
de ropa y una increíblemente rápida solicitud de cristales teletransportadores,
me encontraba yo rodeado de vegetación y escuchando el murmullo de la multitud
de voces del mercado de Ka’ahl. Me puse la capucha y empecé a caminar, lejos
del pequeño pueblo, hacia lo que sea que había provocado la alteración. Con
algo de suerte, alguna de las criaturas de la región se desharía de mi problema
antes de que creciera demasiado.
[1]
Dispositivo de biopolímero extremadamente ligero que se utiliza como medio de
comunicación instantáneo; a través de la red permite acceso a diversas
funciones según el modelo.
Comentarios
Publicar un comentario